Viejas fuentes para la historia de la música


A pesar de que el origen de la música se pierde en el tiempo, su historia es breve y reciente. Sería inútil querer indagar cómo ella nació, del mismo modo como resulta inútil pretender fijar la fecha en que el hombre pensó o habló por primera vez. Se supone que nuestro arte tuvo dos fuentes principales de inspiración: una externa y objetiva, en la armonía sonora de la Naturaleza, y otra interna y subjetiva, en los estados de ánimo del individuo. Mediante la arqueología y otras disciplinas es posible hacer algunas deducciones, mas no bastan para llegar a sus mismos orígenes. Como el sistema de notación racional se inventó muy tardíamente, se han perdido valiosos elementos que hubieran permitido seguir su historia paso a paso. Por eso cuando se quiere estudiar sus orígenes debemos considerar, además de leyendas similares a las que hemos recordado, fuentes extramusicales tales como pinturas y relieves, y elementos suministrados por las excavaciones arqueológicas, donde suelen aparecer restos de instrumentos antiguos, o referencias históricas sobre su carácter y función en la sociedad. Fuera de ellas no existen otros elementos que permitan reconstruir los viejos ritmos y melodías. Por tanto, todo lo que se ha dicho y se diga de la música con referencia al largo período que va desde sus remotos orígenes hasta muy entrada la Edad Media, en que aparece un verdadero sistema de escritura musical, constituye la prehistoria de la música.