Catorce arquitectos intervienen el la realización de una obra

La misma importancia de algunas iglesias y palacios fue causa de la duración de sus construcciones, que requirieron muchos años. También el cambio de planes y la variación en los gustos, según las modas, así como las fluctuaciones de la inestable política del tiempo, hicieron que se sucedieran proyectistas y ejecutores.

Si bien en algunos casos los proyectos iniciales eran respetados a través del tiempo, en otros, a nuevos arquitectos seguían reformas al plan original cuando no costosas demoliciones de partes ya ejecutadas. Todo esto derivó, por momentos, en la falta do unidad de la labor cumplida, que no siempre fue erigir iglesias y palacios, sino también fuentes, plazas, puentes, cantillos, hospitales y todo lo que pudiera contribuir al embellecimiento de una ciudad.

Ejemplo típico de la múltiple intervención de voluntades y realizadores en un edificio monumental lo brinda la basílica romana de San Pedro, que, desde Rosellino y Alberti, sus primeros arquitectos, hasta Bernini, el último, contó con el estudio, proyecto y realización de catorce de estos artistas.