Los órdenes en Roma se tornan colosales

Hemos señalado en un capítulo anterior cómo los arquitectos del Renacimiento italiano utilizaron la decoración clásica de los órdenes.

Griegos y romanos habían creado los llamados órdenes toscano, dórico, jónico y corintio; los romanos, con una asociación de los dos últimos habían inventado uno nuevo que, por su origen, fue llamado compuesto; y por último, sus arquitectos supieron asociar distintos órdenes en un mismo piso y, en otros casos, superponerlos, como se puede observar en el exterior del anfiteatro Flavio (Coliseo).

Del estudio de tales particulares se ocuparon algunos arquitectos italianos que publicaron obras explicativas de los mismos, como León Bautista Alberti, Andrés Palladio y Jacobo Barozzi, más conocido en el mundo artístico como Vignola.

Pero a la grandeza del Renacimiento romano estaba reservada la creación de una novedad, debida a Miguel Ángel y luego difundida en el tiempo y en los distintos países. Concibió y realizó -tal como puede observarse en la fachada principal de la basílica de San Pedro- órdenes clásicos que abarcaron en su altura, no disociando, como ocurría en los órdenes superpuestos, sino asociando los distintos pisos del edificio.

Y a este sistema de orden, novedosamente desarrollado, en la historia de la arquitectura se lo denomina orden colosal.