Leonardo es contratado por Ludovico el Moro


Ludovico Sforza fue un gobernante de humilde origen entre cuyos ascendientes figuraba un leñador; dotada la familia de condiciones de mando y organización, pronto reunió un poderoso ejército de mercenarios que pusieron al servicio del amo que pagaba mejor. Poseedores de una cuantiosa fortuna, los Sforzas no tardaron en alcanzar poder y prestigio, al contraer matrimonio con las hijas de nobles familias, adquiriendo territorios y castillos, y fomentando las ciencias y las artes a semejanza de los señores de otros lugares.

Uno de esos condottieri, nombre que recibieron tales aventureros, fue asesinado frente al pórtico de la catedral de Milán. Debía sucederle su propio hijo, pero el tío, Ludovico, redujo a prisión a la viuda y al niño, y se hizo cargo del Ducado. Ludovico era un hombre perverso y de pocos escrúpulos, pero capaz e inteligente. A pesar de haber sido depuesto y muerto en el exilio, su nombre es bien recordado en Milán porque fomentó las ciencias y las artes, satisfaciendo así los anhelos de superación cultural que por esos años reinaron en todas las ciudades de Italia. Leonardo tenía entonces sólo veintitrés años de edad.