Rufino Blanco Fombona, destacado polígrafo de su generación


Por la variedad y abundancia de su obra, Rufino Blanco Fombona puede ser considerado el polígrafo de su generación.

Nacido en Caracas, en 1874, pasó buena parte de su vida en el destierro, durante la etapa presidencial del dictador Juan Vicente Gómez, de cuyos métodos era tenaz opositor. Radicado en España, llegó allí a desempeñar el cargo político de gobernador civil de Navarra, que le confió el gobierno de Lerroux. No carecía Blanco Fombona de experiencia en esta clase de actividades, pues, ya antes de su destierro, en 1910, fue gobernador del territorio del Amazonas; después del exilio fue presidente del Estado Federal de Miranda.

El trabajo literario de Blanco Fombona, que se identifica con su personalidad bizarra, violenta y aventurera, más que ideas y sistemas expresa impresiones e instintos. Su temperamento agresivo lo llevó a sentir el arte no como manifestación de serenidad sino como violenta pelea. Porque fue un hombre de acción y emoción ha podido escribir narraciones como Cuentos americanos, La bella y la bestia y El conquistador español del siglo XVI. Parte de su abundante obra constituye una crónica viviente de la vida venezolana desde principios de siglo, y sus descripciones de paisajes, escenas y personajes autóctonos tienen el valor de un documento histórico. Entre sus novelas merecen especial mención El hombre de hierro, dura sátira a la vida social de Venezuela, y El hombre de oro, aguda sátira política contra la tiranía, a la que combatió durante toda su vida.

Rufino Blanco Fombona, que falleció en 1944, escribió también buena poesía y realizó una extraordinaria labor periodística.