Cómo y quienes viven hoy en los dominios de los grandes del Anahuac


México es una república federal que se rige por la constitución del 5 de febrero de 1917, que sustituyó a la promulgada en 1857. Está organizado políticamente en 29 estados, dos territorios y un Distrito Federal, que en conjunto reciben el nombre de Estados Unidos Mexicanos.

La ciudad de México, capital de la república, ocupa el mismo sitio en que se asentaba la gran Tenochtitlán, fundada por los aztecas en 1325; tiene más de dos millones de habitantes y es el centro industrial de la nación.
La República tiene una población cuyo idioma oficial es el español; se hallan radicados principalmente en las mesetas o valles centrales, debido al clima templado de esas zonas.

En su mayoría dicha población está integrada por mestizos, y por orden de importancia numérica le siguen los indígenas, los blancos y una minoría de elementos de otras razas. Los indígenas integran más de 50 tribus que se encuentran diseminadas por todo el país, entre las que se destacan las de los mayas-quichés, en Yucatán; los tarahumaras y yaquis, en Sonora y Chihuahua; los tarascos, en Michoacán; los mixtecos y zapotecos, en Oaxaca; los otomíes en varios estados, y en la meseta Central o del Anáhuac, los mexicanos, que comprenden los nahuas, aztecas y chichimecas. Este conjunto heterogéneo representa más de dos millones de individuos que hablan gran variedad de lenguas y dialectos.

México tiene grandes centros de atracción turística en casi todas sus ciudades, ya sea por su clima, por su belleza natural, por sus históricos edificios o por los restos de antiguas civilizaciones. Entre estos sitios se destaca el propio Valle de México, donde se encuentran las arcaicas pirámides de Teotihuacán a poca distancia de la moderna urbe llamada por el barón de Humboldt La ciudad de los palacios; Cholula y Puebla, por sus innumerables iglesias de notable belleza; Oaxaca, por sus ruinas de Monte Albán y Mitla, vestigios de la clásica cultura zapoteca; Cuernavaca, pequeña ciudad de la eterna primavera, donde el conquistador Hernán Cortés construyó su palacio. Cerca de Cuernavaca está la hermosa y plácida laguna de Tequesquitengo, en cuyo fondo, afirma la tradición, se halla una iglesia de la cual suele verse a veces el campanario durante la estación de sequía; Taxco, con sus numerosas fábricas de artículos de plata y su pintoresca catedral de Santa Prisca, donada por el ilustre ingeniero francés José de la Borda; Acapulco, por su maravillosa belleza natural; Pátzcuaro, por su encantadora isla de Janitzio y sus pintorescos pescadores; Guadalajara, una miniatura de la ciudad de México, rica en tradiciones, con su famosa catedral y la no menos bella laguna de Chápala; Guanajuato, en cuyas angostas calles empedradas se levantan edificios de gran tradición histórica, y Yucatán, que guarda celosa las ruinas del Imperio Maya en la legendaria ciudad de Chichón Itzá.