Las audiencias y los virreyes que se sucedieron por tres siglos


Carlos I dispuso que la Colonia fuera gobernada por una Audiencia, instalada en 1528 con un presidente y cuatro oidores, llamados así porque su misión era la de oír las quejas del pueblo. Pero como la actuación de esta Audiencia provocó malestar por sus arbitrarios procedimientos, fue nombrada una segunda Audiencia que gobernó con rectitud y severidad. Como oidor figuraba en ella don Vasco de Quiroga, insigne benefactor que realizó una humanitaria labor entre los indios de Michoacán, quienes lo llamaron cariñosamente Tata Vasco. En 1535, Carlos I dispuso la creación del virreinato de la Nueva España y nombró como primer virrey a don Antonio de Mendoza. Sesenta y tres virreyes gobernaron sucesivamente la Nueva España; entre los principales se distinguieron por su acertada administración, honradez y actividad el citado Mendoza, que dio impulso al desarrollo integral de la Colonia, ordenó exploraciones del norte del país, fundó escuelas, estableció la primera imprenta que hubo en América y gestionó la fundación de la Real y Pontificia Universidad de México, inaugurada por su sucesor, don Luis de Velasco, quien por su empeño en favor de la emancipación de los indios conquistó el afecto y la buena voluntad del pueblo. Al talentoso don Melchor Portocarrero se le debe la construcción del acueducto de los Arcos de Belén, que por muchos años condujo el agua de Chapultepec a la fuente del Salto del Agua, en el corazón de la ciudad. De la época de don Juan de Acuña se conservan en la ciudad de México dos edificios: la Casa de Moneda y la Aduana. El virrey Antonio María de Bucareli se distinguió por su honradez y habilidad administrativa así como por el apoyo que dio a las obras de beneficencia, como la fundación del Montepío y el Hospital de Dementes; Matías de Gálvez ordenó construir el fabuloso Castillo de Chapultepec, y durante el período administrativo del segundo conde de Revillagigedo se moralizó el ambiente de la capital, se trazó el plano de la ciudad, se abrieron las escuelas públicas y se empedraron y alumbraron las calles.