Benito Juárez y la reforma: trastornos y guerra civil


Al desaparecer de la vida pública del país el general Santa Anna, después de figurar en ella durante 30 años y tras ejercer la presidencia varias veces, surgieron los políticos liberales que defendían las leyes de Reforma promulgadas por Gómez Farías. El 5 de febrero de 1857 fue promulgada y jurada la Constitución; rechazada por importantes sectores de la población, el presidente Comonfort, juzgándola demasiado drástica, la derogó. A raíz de esta medida estalló un levantamiento; Comonfort se vio obligado a salir del país, y Juárez, en su calidad de vicepresidente, quedó comprometido a defender la restaurada Constitución y las leyes. Se inició entonces la llamada Guerra de los tres años o de Reforma entre los liberales, cuyos miembros más prominentes eran Benito Juárez, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo, Santos Degollado e Ignacio Zaragoza, y los conservadores acaudillados por Zuloaea, Miramón, Mejía y Márquez.

Al establecerse en México el gobierno presidido por Zuloaga, Juárez se instaló en Guanajuato, reconocido como presidente legal por todos los estados de la República. Más tarde, radicado en Veracruz, promulgó las leyes de Reforma en 1859, y al término de la guerra civil llegó triunfante a la capital. Electo presidente para el período 1861-1865, pronto surgieron nuevas controversias, pues el ruinoso estado de la hacienda pública obligó a Juárez a suspender por dos años el pago de la deuda exterior, de donde resultó que Francia, Inglaterra y España convinieron unirse para exigir a México el pago compulsivo de las deudas; con ese objeto enviaron sus escuadras a las costas mexicanas.