Los mayas: orígenes y características de la cultura de este pueblo

 

 


Los pueblos mayas parecen haberse originado en la fusión de dos corrientes migratorias: una proveniente de la cuenca del Misisipí y de la isla de Cuba, y la otra, de las orillas del río Usumacinta. Este pueblo habitaba, a la llegada de los españoles, la península de Yucatán y los territorios de las actuales repúblicas de Guatemala y Honduras.

La historia maya se divide en dos grandes períodos: el del Antiguo Imperio, que va desde el comienzo de nuestra era hasta el siglo vi, y el Nuevo Imperio, que abarca desde esa fecha un período de diez siglos, es decir, hasta la ocupación del territorio por los conquistadores españoles.

Durante el primer período, los mayas levantaron las ciudades de Quirigua, Palenque, Copan y otras de menos significación al sur de México y al oeste de Honduras Británica.

Causas desconocidas motivaron la destrucción de estas ciudades, de gran riqueza monumental, y obligaron a los mayas a emigrar hacia Yucatán, Guatemala y Honduras, donde fijaron su residencia en el siglo vi.

Notable contraste ofrecen sus casas de madera, con techos a dos aguas, con la majestuosidad de sus templos y palacios. A pesar de que desconocían el arco y otros artificios de la construcción, y sólo disponían de herramientas muy rudimentarias, nos han legado notables monumentos arquitectónicos. Una gran parte de los grandes edificios consistía en construcciones piramidales muy vastas, coronadas a menudo por templos. Así como en Egipto la pirámide era fundamentalmente una tumba, en América servía de base de sustentación a templos y altares.

El templo maya más antiguo, el de Uaxactun, es una pirámide truncada de base cuadrada, con una escalinata por lado, y grandes máscaras esculpidas, en cuya cima está el templo propiamente dicho. El llamado “palacio del gobernador”, en Uxmal, con sus magníficas tallas en piedra, es uno de los monumentos arquitectónicos más bellos de la América precolombina. Son también notables sus monolitos con figuras, inscripciones y fechas, y el Popol Vuh, su libro sagrado, lleno de dibujos y escritura jeroglífica, que aún no ha podido ser descifrada; todos ellos nos ilustran acerca de vestidos, tocados, armas, instrumentos y costumbres del antiguo pueblo centroamericano.

La cultura de los mayas se revela en la posesión de una escritura jeroglífica, en el empleo de un calendario vigesimal, en el conocimiento y empleo de las nociones de cero y valor relativo en su sistema de numeración, en la posesión de datos astronómicos -equinoccios y solsticios- y en la creación de un panteón de dioses numerosísimos y extraños, a los que dedicaban sangrientos ritos con frecuentes sacrificios humanos.