José Bonifacio de Andrada y Silva y la bandera nacional


El pabellón brasileño, símbolo augusto y sagrado de la patria que la juventud escolar de aquel país saluda con entusiasmo, repitiendo las bellas estrofas del himno de Olavo Bilac, es casi en su totalidad la misma bandera del imperio, creada por José Bonifacio de Andrada y Silva; sólo se han introducido en ella aquellas modificaciones que se juzgaron indispensables a consecuencia del cambio de régimen operado por la revolución del 15 de noviembre de 1889. Era preciso, en efecto, que el emblema nacional de Brasil significase los mismos sentimientos y que tradujese además las nuevas aspiraciones del pueblo. Para poder comprender estas transformaciones es preciso hacerse cargo de lo que representaba la antigua bandera y lo que representa el mismo símbolo patrio de hoy.

Veamos, pues, lo que significa realmente la antigua bandera. En virtud de una ley de fecha 13 de mayo de 1816, es decir, de la época en que no se había proclamado todavía la independencia y Brasil era una simple colonia portuguesa, habíale dado por armas don Juan VI una esfera armilar de oro en campo azul.

En 1822, proclamada la independencia en virtud del grito de Ipiranga, dado el 7 de setiembre, instituyó José Bonifacio de Andrada y Silva el escudo y la bandera que habían de servir hasta el glorioso día 15 de noviembre de 1889. El escudo, que hasta entonces había sido el de Portugal y los Algarbes reunidos, simbolizados por el color azul, trocó éste por el verde, sobre el cual siguió luciendo la esfera armilar de oro, y figurando también en él las mismas armas creadas por el decreto de don Juan VI, aunque con las modificaciones siguientes: la esfera aparecía atravesada por la cruz de la orden del Cristo de Portugal, y circundada por 19 estrellas de plata sobre una orla azul; una corona real brillaba sobre el escudo, cuyos costados aparecían abrazados por una rama de cafeto y otra de tabaco, pintados con sus colores naturales y ligados, en su parte inferior, por un lazo con los colores nacionales. La bandera nacional hallábase formada por un cuadrilátero verde en el que aparecía inscrito un rombo color de oro, en cuyo centro brillaba el escudo de armas de Brasil.

¿Cuál era la significación de todos estos emblemas heráldicos?

Ante todo, quiso José Bonifacio de Andrada y Silva respetar la continuidad histórica, esto es, conservar el recuerdo de que Brasil había sido anteriormente colonia de Portugal, y por eso aceptó la esfera armilar, aunque trocando por el verde el antiguo color azul, que era portugués.

La cruz que atravesaba la esfera recordaba también la filiación histórica del país, por traer a la memoria el primer nombre que tuvo Brasil: Tierra de Santa Cruz.

La independencia y el concurso que a ella prestaron don Pedro I y los portugueses residentes en Brasil asociados a los nacionales, fueron representados asimismo por las 19 estrellas de plata, que simbolizaban las provincias brasileñas, y por la orla azul; de esta suerte se combinaban los dos colores de la antigua metrópoli. La corona era el distintivo de la monarquía, y los ramos de cafeto y de tabaco constituían los emblemas de los principales productos del país.

Proclamada la república el 15 de noviembre de 1889, se necesitaba una nueva enseña que tradujese las mismas ideas y los mismos sentimientos, pero que simbolizase también las nuevas aspiraciones nacionales. Como ello requería modificar la antigua bandera de la monarquía, y con el fin de satisfacer esta duple necesidad, adoptóse el nuevo pabellón, obedeciendo a estas disposiciones: fue conservada la esfera, en recuerdo del tiempo en que Brasil fue reino, como también los colores azul y blanco que la matizan, en memoria de la época colonial. Pero, en vez de la cruz del Cristo de Portugal, representóse la Cruz del Sur, y se estampó en la dirección de la órbita terrestre este lema: Ordem e Progresso (Orden y Progreso).

La idea de representar la independencia y el concurso de todos los ciudadanos que a ella contribuyeron, fue mantenida por un conjunto de estrellas. Suprimiéronse los ramos de cafeto y de tabaco, no sólo por haber dejado de ser éstos los únicos productos de su agricultura, sino porque los colores oro y amarillo simbolizan ya de por sí todas las producciones.

La inscripción de las palabras Ordem e Progresso traduce una justa y natural aspiración de todos los pueblos. El orden corresponde a la necesidad imprescindible de mantener a todo trance las bases de la sociedad; el progreso, a la idea de que todas las instituciones son susceptibles de perfeccionamiento.

La inscripción de la nueva bandera proclama, pues, la consolidación del orden con el progreso, que todos los pueblos desean, y sin cuya conjunción no podría existir la fraternidad.

En resumen: el estandarte de Estados Unidos del Brasil simboliza al mismo tiempo el pasado, el presente y el porvenir; la tierra y el cielo, las hazañas heroicas y las aspiraciones de los patriotas.