De cómo los sucesos llevaron gradualmente a la instauración de la república


Comprendiendo la gravedad de la situación, lanzáronse los republicanos al campo y empezaron a hacer por todas partes una activa propaganda. Silva Jardim embarcóse para el Norte, acompañando de cerca al conde de Eu, celebrando reuniones y dando conferencias: Quintino Bocayuva escribía artículos magistrales en el diario O País; Lopes Trováo, Alberto Torres, Ciro de Acevedo, Ubaldino do Amaral, Nilo Pecanha y otros varios alternaban en la tribuna popular; Campos Sales, Prudente de Moráis y Francisco Glicério, al lado de Américo Brasiliense, predicaban con ardor la república en San Pablo; Benjamín Constant pronunciaba discursos patrióticos a la juventud de la Escuela Militar; y, por encima de todos, Ruy Barbosa escribía maravillosos artículos en el Diario de Noticias, cuyos ejemplares eran ávidamente arrebatados por todas las personas de viso y de prestigio de la sociedad brasileña, y que causaban extraordinaria impresión en el espíritu público, especialmente entre las fuerzas armadas.

Corría el año 1889, y se hallaba, en el poder un ministerio presidido por el vizconde de Ouro Preto, que comenzó a tomar ciertas resoluciones de extraordinario alcance, las cuales empezaron a suscitar sospechas en el ejército. Fueron las principales el aumento del cuerpo de policía y la organización de la Guardia Nacional, así como la traslación fuera de la capital de un cuerpo de infantería. Estos hechos, amén de los cambios de mandos, de la llamada a Río de Janeiro de Deodoro y de la exclusión de varios oficiales de las fiestas y solemnidades públicas en aquellos días celebradas, no sólo dejaron traslucir que el gobierno pretendía inutilizar al ejército sino que exigieron una reacción inmediata y enérgica para evitar el desastre.

Éste fue el origen de la conspiración de los militares republicanos que estalló el 15 de noviembre de 1889, acaudillada por el general Deodoro de Fonseca, y que instituyó en Brasil el gobierno del pueblo por el pueblo.

Los gobiernos provinciales se adhirieron al movimiento y se constituyó así un gobierno provisional encabezado por Fonseca, a quien sucedió Peixoto. En el año 1890 se aprobó la Constitución Federal. Desde entonces se eligieron con regularidad, cada cuatro años, presidentes de la República hasta 1930, en que una revolución llevó al poder a Getulio Vargas, quien cuatro años después fue elegido presidente por una Asamblea Constituyente y gobernó hasta 1945, año en que fue depuesto por las fuerzas armadas. Subsiguientes elecciones consagraron presidente al general Eurico Gaspar Dutra. En 1951 fue reelegido Getulio Vargas, quien el 24 de agosto de 1954 se suicidó tras una grave crisis política. Ocupó entonces la presidencia el vicepresidente Juan Café Filho, quien debió renunciar el 8 de noviembre de 1955 y fue reemplazado por Carlos Coimbra da Luz, cuyo mandato sólo duró tres días, ya que el 11 del mismo mes fue desposeído por Nereu Ramos. En 1956 asumió la presidencia Juscelino Kubitschek, surgido de los comicios, quien ejerció el mando durante los cinco años del período gubernativo. En el año 1960 se realizaron las elecciones que elevaron a la presidencia, para el período 1961-1966, a Janio Quadros.