Nuevas derrotas artiguistas, la ocupación de Montevideo por el general Lecor


 Entretanto, fracasada la ofensiva de Artigas en territorio de Brasil, los portugueses se apresuraron a llevar adelante la invasión. El 16 de noviembre, Lecor, con el grueso de su ejército, atravesaba la frontera uruguaya, entre la laguna de Merim y el océano, y tomaba rumbo a Maldonado. El mariscal Bernardo de Silveira invadió, casi al mismo tiempo, por Yaguarón.

No tardó la vanguardia de Lecor, mandada por Pinto de Araujo, en tropezar con las milicias de Rivera.

Libróse la batalla el 19 de noviembre, sobre el arroyo de India Muerta, y el resultado fue totalmente adverso a los orientales, que se dispersaron dejando sobre el campo 250 muertos. Lecor siguió su marcha hacia el sur y a principios de diciembre tomó posesión de la plaza de Maldonado.

A mediados de enero de 1817, las fuerzas de Silveira, que entraron por Yaguarón, se incorporaban, en Pan de Azúcar, al ejército de Lecor, luego de algunas escaramuzas de relativa importancia.

La voluntad indomable de Artigas no se abatió a pesar de tantos reveses. Una vez derrotado en Carumbé, atravesó el Cuareim, y acampando al sur de este río, trató de rehacer su ejército, que pronto alcanzó a reunir 4.000 hombres. De éstos apartó unos 600 que, bajo su mando inmediato, situó en los Cerros del Arapey, donde tenían una buena defensa natural. Destinó los 3.400 restantes a invadir nuevamente, por el Cuareim, el territorio brasileño, bajo el mando de su teniente Andrés Latorre, de valor famoso. Los portugueses, a cuyo frente se había puesto en aquella parte el marqués de Alégrete, substituyendo al general Curado, se anticiparon a tomar la ofensiva, y pasaron, en número de 2.600 hombres, a este lado del Cuareim. Seiscientos de ellos, mandados por el coronel Abreu, avanzaron sobre el cuartel general de Artigas, lo asaltaron y lo tomaron, produciendo la dispersión de la guardia del caudillo, quien estuvo a punto de caer prisionero.

Entretanto, Alégrete se hallaba acampado en el Catalán, a donde fue a atacarlo Latorre. El 4 de enero libróse allí una cruentísima batalla, que terminó con la derrota de los orientales, con pérdida de mil hombres, artillería y caballada.

Andresito, que ocupaba con seiscientos hombres el Aguapey, en las Misiones Occidentales, fue acometido y destrozado el día 19, por fuerzas del brigadier Chagas.

El desaliento que estos desastres producían en Montevideo se hizo más hondo desde que se tuvo conciencia de la imposibilidad de oponerse al paso del ejército de Lecor, que adelantaba su marcha sobre la ciudad.

El 20 de enero hacía su entrada en ella el general lusitano, rodeado por los cabildantes, que le condujeron, bajo palio, al Tedeum con que se solemnizaba su triunfo.