Muy próspera fue la vida colonial en la presidencia de Quito


Lo que hoy es la República del Ecuador fue constituida en 1564 con el nombre de Presidencia de Quito y así permaneció hasta principios del siglo xviii, en que fue incorporada al virreinato de Nueva Granada. La vida de la colonia fue muy tranquila, y en aquella época comenzaron a desarrollarse algunas industrias, como la de paños y sombreros, que se hicieron famosas por su calidad. También florecieron las artes, especialmente en Quito, que se convirtió en uno de los centros más importantes de la pintura colonial hispanoamericana; allí dejaron sus obras pintores como Miguel de Santiago y Nicolás Javier de Goríbar, y escultores como el Padre Carlos y el indio Manuel Chíli, conocido con el apodo de Caspicara: las iglesias de San Francisco y de la Compañía figuran entre los más grandiosos monumentos de la arquitectura de la época. Célebres fueron los colegios de Quito, de los cuales salieron notables escritores, religiosos y hombres de ciencia.

Entre las figuras más notables de la colonia ecuatoriana descuellan el sabio Pedro Vicente Maldonado, que exploró muchas regiones desconocidas, fundó poblaciones y trazó el primer mapa del país; el padre Juan de Velasco, jesuita que estudió las antigüedades de la región, aprendió las lenguas indígenas y escribió una interesante Historia del Reino de Quito; el conde de Casa Gijón, que trabajó en la Sierra Morena, España, y escribió memorias científicas de gran utilidad, y el periodista y precursor de la independencia don Eugenio de Santa Cruz y Espejo, que sufrió prisión y destierro por su denodada defensa de la libertad.