Ignoramos cómo el oro se ha depositado en la tierra


Sabemos en dónde se encuentra el oro; sabemos que es, como el hierro, el plomo y el estaño, uno de los preciosos dones concedidos por la naturaleza al hombre; pero no sabemos cómo se ha almacenado en la tierra y en las rocas, ni los fenómenos de su formación. Hallamos oro dentro de las rocas que se produjeron a causa del gran calor de la tierra, y al instante nos sentimos inclinados a exclamar: “¡Oh! Todo el oro se ha formado con motivo del gran calor de ese horno interior de la tierra.” Y esto no es exacto, porque también encontramos oro en las grandes rocas que se han formado por las masas de sedimento acumuladas en el mar.

Hoy día se ve oro en la proximidad de las costas marítimas, y, aunque el trabajo no es de los más remunerados, son muchos los hombres que pasan su vida extrayendo oro de las ondas que bañan las costas de parte de Australia. Se halla oro en las arenas de algunos ríos y en el agua caliente de las fuentes termales. De manera que no podemos asegurar con certeza si el oro procede originalmente del interior de la tierra o de las aguas que cubren la mayor parte de nuestro globo. Probablemente parte de él procede de la tierra y parte de las aguas. Sea como fuere, tenemos en el oro una sorpresa que reserva la Naturaleza al hombre, y un tesoro para el afortunado y trabajador.