Proyectos y tentativas para lograr la paz estable


Muchos estadistas y filósofos realizaron proyectos tendentes a lograr el reinado de la paz, basados en el respeto a los tratados, a la voluntad de los pueblos y, en particular, mediante la unión de los estados en una asociación en la cual todos pudiesen expresar sus deseos, la que juzgaría y daría solución a los conflictos. Pero tales proyectos no llegaron a realizarse. La evolución de la humanidad, orientada hacia el bien y la concordia, se realiza con lentitud, venciendo a las fuerzas inclinadas al mal, en una lucha tarda, aunque sin pausa.

Hombres y mujeres de espíritu humanitario y pacifista, que han creído y creen firmemente en la bondad y en ¡as virtudes que Dios ha puesto en el alma humana, han combatido y combaten por la comprensión entre los hombres, creados lodos por el Ser Supremo, porque la lucha y el odio sean sustituidos por la concordia entre los pueblos. Esta existencia en la tierra es sólo una prueba, una oportunidad dada por el Creador a sus hijos para que en medio de las penalidades, del trabajo, puedan optar por el bien, la generosidad hacia sus semejantes, la caridad y el amor. La vida eterna y la bienaventuranza constituyen el premio.

En todas las épocas y países, los mejores hombres y mujeres han llegado al sacrificio, y aun al martirio, como los santos, para dar el alto ejemplo de la concordia humana en la paz, en el trabajo que ennoblece, por el supremo ideal de establecer un mundo en que todos fuésemos hermanos y nos auxiliásemos con desinterés. Ellos son los héroes más nobles de la civilización, junto con los hombres de ciencia que luchan por la salud y el bienestar de la humanidad, y a quienes más debemos. Una aureola los señala a la gratitud humana, aunque su modestia los haga aparecer menos importantes que los guerreros y los conquistadores, cuya fama se erige sobre los campos de batalla, la muerte y el botín de guerra.

En muchos asambleas de países europeos o americanos se debatieron las posibilidades de evitar la guerra mediante el acatamiento del derecho. También interesó resolver la suerte de los prisioneros heridos o enfermos, Prohibir la esclavitud, asegurar la libertad de la navegación y del comercio. En las Conferencias de la Paz de La Haya, de 1899 y 1907, contempló el mundo a representantes de cuarenta y cuatro naciones que deliberaban acerca de la necesidad de no recurrir a la guerra, sino de aceptar los buenos oficios de la mediación y someter los litigios al arbitraje.