Los múltiples y útiles empleos del paracaídas


Inicialmente, el paracaídas fue utilizado como un elemento auxiliar de la aviación, en defensa de los tripulantes y pasajeros contra los accidentes. Durante la segunda Guerra Mundial su empleo fue ampliado, organizándose tropas de paracaidistas: invasiones victoriosas fueron realizadas por el aire, con soldados, ametralladoras, cañones y tanques. Hoy todos los ejércitos tienen sus cuerpos de paracaidistas, y el reabastecimiento de alguna tropa ha sido llevado a cabo, no pocas veces, por ese medio.

El paracaídas se abre en virtud de la menor presión atmosférica, actuante de afuera hacia adentro (principio de Bernoulli); esto ocurre en un tiempo aproximado a los tres segundos; y la caída se hace a una velocidad media de cinco metros por segundo. Cuando al aterrizar el paracaidista encuentra algún obstáculo puede desviarse, tirando las cuerdas de suspensión del lado opuesto.

Hay aviones que utilizan un gran paracaídas como poderoso freno en los aterrizajes.