El radar permite a los aviones viajar a salvo de obstáculos


Uno de los mayores progresos realizados durante la segunda Guerra Mundial fue el radar, aparato electrónico por medio del cual los grandes aviones de bombardeo ubicaban el blanco no obstante que las densas nubes lo ocultaran; los barcos de guerra veían a los aviones atacantes que se aproximaban amparados en la oscuridad de la noche o de las nubes; y los aviones de combate atacaban y regresaban a sus respectivas bases a pesar del tiempo adverso.

La palabra radar proviene de las iniciales de Radio Detection and Ranging, proceso idéntico al de las otras siglas usadas en aeronáutica: ILS (Instrument Landing System), GCA (Ground Control Approaching), LO-RAN (Long Range Aid Navigation).

El empleo generalizado del radar representa un enorme factor de seguridad para la navegación aérea: con él los aviones pueden “ver” otros aparatos que vuelan en sus proximidades así como los picos de las montañas y los edificios más altos de la zona que sobrevuelan, aun cuando esos obstáculos se hallen ocultos por las nieblas o las nubes.