También los antiguos se valieron de lentes de aumento


Durante muchísimos años los hombres estuvieron muy cerca de descubrir el microscopio, pero sin lograrlo. En las excavaciones dirigidas por sir Henry Layard se encontró, entre las ruinas del palacio de Nemrod, el antiguo monarca de Babilonia, una lente cíe cristal de roca, es decir, hecha con un cristal natural, que había servido para ampliar la visibilidad en tiempos de ese soberano, hace millares de años. Esto prueba el deseo de perfección del conocimiento en tan antigua cultura. ¿Cómo pudieron descubrir la propiedad de aumento de ese cristal aquellos hombres? Lo más probable es que ya habrían fijado su atención en que, puesto un objeto diminuto sobre una superficie plana y cubierto con una gota de agua clara, parece mucho mayor de lo que verdaderamente es; sin duda no tuvieron la noción de que todo objeto transparente, de superficie convexa, altera la dirección primitiva de los rayos de luz que lo atraviesan. A este cambio de dirección de los rayos luminosos lo llamamos refracción, y su efecto es reunir los rayos luminosos que llegan de todas direcciones y enfocarlos sobre el diminuto objeto colocado debajo de la lente, haciendo que su imagen aparezca mucho mayor sin deformarla. Los antiguos dieron a sus cristales la forma de una gota de agua y obtuvieron, al mirar a través de los mismos, idéntico resultado.

En distintas épocas de la historia otros hombres hicieron nuevos descubrimientos relacionados con este asunto. Fabricaron cristales de aumento fundiendo varios hilos de vidrio, a cuya masa dieron forma de esfera hueca, y la llenaron finalmente con agua; para el mismo fin se utilizaron piedras preciosas pulimentadas. La palabra lente nos da una idea de cómo los antiguos aplicaban nombres a las cosas que empleaban para su uso: llamaron lentes a esos cristales porque su forma les recordaba la de la lenteja, que en latín se llama lens. Los anteojos son una de las formas de lentes que se emplean para ver más grandes y cercanos los objetos. Los anteojos se usan desde hace más de seiscientos años.