Algo sobre la interesante historia de tan precioso producto


El caucho ora conocido por los indígenas americanos, como lo prueba la propia palabra derivada del tupi: cachuchu o cauchu, desde antes del descubrimiento de América. No pocos historiadores sostuvieron que Colón, fue el primer europeo que lo vio, cosa difícil de probar, ya que los vegetales que lo producen no existen en las tierras por él exploradas. Fernández de Oviedo y, posteriormente, Herrera, Sahagún y Francisco Hernández describen un juego que practicaban los antiguos mexicanos utilizando una pelota hecha con el producto extraído de un árbol llamado amatl o amate. Mucho tiempo después, en 1740, La Condamine introdujo esta sustancia en Europa e hizo observaciones acerca de las plantas que la producían. Ochenta años más tarde, descubierta la solubilidad del caucho en la bencina, se ensayó su utilización en la impermeabilización de telas. En 1839, Goodyear descubrió el medio de vulcanizarlo por el empleo del azufre, con lo que se abrió a esta materia un amplio campo en la industria. En 1851, Morey obtuvo el caucho endurecido o ebonita.