La famosa piedra Rosetta revela grandes misterios de la antigua civilización


Esta piedra maravillosa se conoce con el nombre de piedra de Rosetta, porque se encontró bajo la escarpa del fuerte moderno de Rosetta. Los ingleses, apoderándose de ella, se la llevaron a Inglaterra, donde los hombres de más sabiduría la estudiaron durante varios años, hasta que por fin el arabista francés Silvestre de Sacy y el físico inglés Tomás Young, sabios de gran cultura, averiguaron que las otras dos lenguas empleadas en la inscripción eran el lenguaje dibujado o jeroglífico y el idioma corriente o vulgar del antiguo país del Nilo.

Ahora bien; el griego no ofrece dificultad alguna, y por tanto, cuando se hubo averiguado el sentido de la inscripción, se les ocurrió a los sabios que los jeroglíficos debían significar lo mismo; y así era, efectivamente. Con esto pudo el gran egiptólogo francés Juan F. Champollion interpretar la escritura jeroglífica; quedó así descifrada la clave de la escritura egipcia y desapareció el misterio que hasta entonces había rodeado a esas inscripciones. Se averiguó que una águila representaba la letra a, una pierna y un pie la b, una serpiente con cuernos la v, una mano la i, un búho la m, un pollo la u, y así sucesivamente. La figura de un hombre con ¡as manos alzadas tenía el significado de una plegaria.

Después de leer esta inscripción se descifraron con facilidad todas las que figuran en las piedras y en las columnas egipcias.