Ascensores modernos y otros tipos de transporte vertical


Los primitivos ascensores eran lentos y antiestéticos. Su funcionamiento era irregular y no se podía confiar en ellos. Los modernos son rapidísimos; hay algunos que se trasladan a 450 metros por minuto, o sea a una velocidad horaria de 27 kilómetros. Sus cabinas son confortables, bien iluminadas y decoradas conforme al estilo predominante en el edificio. Algunas están equipadas con teléfono. La existencia de buenos ascensores ha influido sobre el diseño arquitectónico de los edificios y ha hecho posible la construcción de rascacielos como el Empire State Building, de 102 pisos. Las personas de edad son las que mejor saben apreciar los beneficios del ascensor, que les evita esfuerzos perjudiciales para su salud.

Existen algunos ascensores pintorescos de tipo especial en las regiones cubiertas de nieve, frecuentadas por los que gustan de los deportes de invierno. Estos ascensores llevan a los esquiadores, de pie sobre plataformas o cómodamente sentados, hacia las alturas desde las cuales habrán de descender después vertiginosamente sobre sus esquís.

En muchas grandes tiendas, estaciones de subterráneo, teatros, restaurantes y otros lugares es posible observar la presencia de escaleras mecánicas, artefactos muy interesantes constituidos por una serie de escalones móviles, sobre los cuales se paran las personas para ser conducidas de un piso a otro. Una cinta sin fin asegura la circulación continua de los escalones, que pueden marchar en ambos sentidos: hacia arriba o hacia abajo, según se trate de una escalera para subir o descender. Una buena escalera mecánica presta la misma utilidad que varios ascensores, pero está limitada a servir tramos verticales de pocos metros, en tanto que los ascensores son insustituibles para las grandes alturas.