Zarzamoras y frambuesas, frutas de variadísima aplicación

Las zarzas, arbustos comunes en muchos bosques y matorrales, dan unas bayas llamadas zarzamoras, todas las cuales son frutos comestibles. Los tallos de estas plantas son largos y están armados de aguijones punzantes, entre los cuales brotan las hojas y flores blancas o rosadas, dispuestas en racimos.

Semejante a la zarzamora, y de la misma familia, es la frambuesa, fruto del frambueso, algo vellosa, de color rojo, olor fragante y suave, y sabor agridulce muy agradable.
La frambuesa se consume directamente, y se emplea también para perfumar las conservas de otros frutos. Con ellas se confeccionan compotas, licores y jarabes, que se emplean mucho en las confiterías y para helados. La medicina la utiliza asimismo en la preparación de bebidas refrescantes y reconstituyentes.

El helado de frambuesa, el jarabe de grosella con frambuesa, y el vino del mismo fruto, son algunas de las más generalizadas aplicaciones.

El frambueso no requiere grandes cuidados, y crece en cualquier terreno inservible para toda otra producción; las laderas de las montañas, un ribazo inaplicable a otra clase de cultivo, y otros parajes, si no son muy sombríos, y gozan de clima templado, sirven para el frambueso, cuyas múltiples raicillas afirman el terreno y evitan los desprendimientos.

Otra planta de la misma familia da las exquisitas fresas, rojas, fragantes y tan deliciosas al paladar. La fresa tiene tallos rastreros y prospera en climas templados y fríos.