Algunas de las principales variedades del grano indio


Las raíces del maíz son superficiales, y en general es un cultivo cuya siembra no se puede repetir en el mismo suelo, si éste no es abonado, porque le quita muchas sustancias que es necesario reponer.

Por su gran cantidad de hojas, y por la forma de éstas, grandes, finas, con numerosos estomas y cutícula tenue, el maíz es un cultivo que soporta mal las sequías prolongadas.

La planta de maíz tiene hasta 4 metros de altura, según las variedades. Las raíces son fibrosas, el tallo es una caña gruesa y maciza, las hojas llegan a tener medio metro de longitud, y las flores poseen sexos separados, las masculinas están reunidas en numerosas espiguillas que forman una inflorescencia llamada panículo, en la extremidad de la planta, y las femeninas se encuentran agrupadas y constituyen la mazorca, con un eje grueso y esponjoso, y rodeada por hojas transformadas o brácteas llamadas farfollas, que en algunos lugares de América son conocidas comúnmente con el nombre de chalas. Estas brácteas dejan salir por su parte superior, numerosos pelos que se denominan barba de choclo y que son los estigmas de las flores.

Una vez que las flores femeninas han sido fecundadas con el polen de las masculinas, se transforman en frutos, que son los granos de maíz. Una mazorca tiene de 12 a 22 filas de granos, según la variedad.

Los granos varían en su forma y tamaño: los hay muy grandes, medianos y chicos; en su color: anaranjado, amarillo, blanco, violáceo, y en su consistencia. Las variedades más conocidas se pueden agrupar en: maíces duros, de importancia comercial; maíces dentados, llamados así porque los granos tienen una depresión en su parte superior, y que se prefieren para el engorde del ganado; maíces dulces, los que poseen un alto contenido de azúcares, y que se emplean en la alimentación humana; y maíces almidoneros, que proporcionan abundante harina y son de gran aplicación industrial.

El cultivo del maíz puede efectuarse en muy distintos suelos y ambientes, pero las condiciones óptimas son: clima templado, lluvias regulares, y terreno ligero y bien drenado.

Se prepara el suelo con tres aradas, para dejar la tierra bien pulverulenta, y se procede a realizar la siembra, la que generalmente se efectúa con máquinas sembradoras. Cuando las plantas llegan a tener 20 centímetros es necesario carpir el terreno con el fin de dejar la tierra más suelta y de extirpar las malezas que han crecido entre los surcos. Una vez que la planta tiene alrededor de medio metro de altura, se procede al aporcado para que las raíces se desarrollen bien. Esta operación se efectúa con máquinas aporeadoras; éstas tienen una pieza en forma de V que empuja la tierra del surco contra la base de las plantas.

La recolección se lleva a cabo cuando las hojas comienzan a secarse y las brácteas exteriores de la mazorca pierden su color verde y adquieren un tono amarillento o tostado. La cosecha se realiza a mano o con máquinas. Modernamente, en las grandes extensiones se emplean máquinas que arrancan las mazorcas, les quitan las chalas o farfollas y las amontonan listas ya para formar los trojes, en lugares especiales donde se guardan en espera de ser utilizadas. También, y ello se hace generalmente cuando la cosecha es muy grande, se puede guardar directamente el grano.

En algunos países el maíz se cultiva como planta forrajera para el ganado, pero en el sur de Europa el grano madura y se lo cultiva en mayor escala. En Canadá también se lo aprecia como forraje, y en algunas regiones se producen muchos hectolitros del grano. El maíz tiene varios enemigos, tales como el taladrador o polilla, la roya y el cornezuelo, si bien se están obteniendo variedades muy resistentes.

Hay algunos otros cereales de menor importancia. En Asia el mijo sustituye al arroz en las regiones más áridas, y hay quien piensa que éste fue el primer grano que el hombre tomó de la selva y cultivó para su uso. El mijo, utilizado para pasto y grano, es una planta anual, de casi un metro de altura, con cañas erguidas y hojas planas, algo vellosas. La panoja es densa, inclinada, de longitud muy grande en relación con el tamaño de la planta; el grano es lustroso, elíptico, de color amarillento o castaño. Originario de China, las noticias de su cultivo en Europa se remontan a unos 2.000 años antes de Jesucristo.

El sorgo, es otro cereal que se cultiva extensamente y que ha sido introducido hace poco tiempo en los países de América.

El sorgo común es una planta anual, con cañas de hasta 3 metros de altura; tiene la panoja de forma piramidal, grande, con espiguillas castañas, rojizas o casi negras. Existen cuatro tipos de sorgos, la mayoría de ellos originarios de África: el sorgo de grano, el sorgo dulce, el sorgo forrajero y el sorgo de escobas. Del primero se obtiene fundamentalmente grano, aun cuando también se utiliza la planta verde como forraje. El segundo y el tercero se emplean como forraje para el ganado, ya sea verde o ensilado, es decir, guardado en depósitos llamados silos, para ser empleados cuando sea necesario darles a los animales el alimento que escasea en el campo. Del último tipo, se utiliza la parte de la panoja a la que se le saca los granos, para emplear la paja en la confección de las escobas con que barremos.