La familia de las azucenas es sumamente amplia y apreciada


Extensamente representada está la familia de las liliáceas en todos los jardines. Entre ellas, tal vez no exista otra tan hermosa como la blanca azucena, oriunda del Japón, en la cual los tres sépalos que forman el cáliz se confunden con los tres pétalos de la corola.

La azucena atigrada tiene flores de un tono rojo anaranjado, con manchas oscuras, que recuerdan la piel del tigre. Proviene de China y de Japón, como otras varias especies de azucenas.

La azucena japonesa áurea es lindísima, con sus anchos pétalos atravesados por una faja dorada; además, se halla dotada de penetrante aroma. Es una de las especies más extendidas, a pesar de no ser vivaz y de no resistir el frío. Si no es templado el clima en que se la cultiva, sólo se puede lograr durante el verano en el jardín. Debe plantársela en macetas; y mientras dure el invierno se la colocará en el invernadero o en algún sitio resguardado, sin exponerla al aire libre hasta que estén formados los capullos. Esa azucena se ha extendido por Europa y América en época muy reciente.

Existe otra especie de azucena muy semejante a la última citada, pero sin la faja de oro en los pétalos. Es planta vivaz, y sus flores son pequeñas; proviene también de Japón.

Mencionemos, además, la azucena gigante, provista de anchas hojas en forma de corazón, y cuyo tallo, que mide hasta tres metros de altura, termina en un racimo de hermosísimas flores blancas, parecidas a una trompeta e inclinadas hacia el suelo.

Hablando de la familia en la que se incluye las azucenas no debemos olvidar el tulipán, del cual existen en los jardines numerosas variedades de distintas formas y matices. Estas flores que crecen solitarias en el extremo de un largo pedúnculo, tienen perigonio, es decir: que en ellas, el conjunto de pétalos y sépalos se confunde pues todas las piezas tienen aspecto de pétalos. Este perigonio puede ser acampanado o rizado, de color liso o con máculas y estrías. De las numerosas razas y variedades que se cultivan, las más conocidas son: la dracontia, que comprende los llamados tulipanes fantasía, de perigonio muy recortado, tono rosado y nervaduras oscuras; y la darwinia, que presenta distintos colores, siempre lisos. En su mayor parte descienden de tres especies de tulipanes silvestres, que se hallaron: una, en cierta región del sur de Europa; otra, en Siberia, y la tercera, en Asia Menor o Anatolia. En Holanda existen grandes extensiones cultivadas con tulipanes, que se exportan a todo el mundo.

El lirio de los valles o muguet, con sus hermosas florecillas blancas, de aroma exquisito, es planta silvestre, como lo indica su nombre, pero se la ve con mayor frecuencia en los jardines que fuera de ellos.

La bandera española, precioso adorno de los parques, que aparece a fines de verano, pertenece también a la misma familia de las azucenas, y es originaria del África meridional. Sus flores, tubulosas, se agrupan en densos racimos situados en el extremo de un largo eje floral; las inferiores son amarillas y las superiores rojas, de donde proviene el nombre vulgar que se les da.