Las gailusacias, modestos arbustos silvestres de cuyos frutos se hace productivo comercio


Con este nombre se designa un grupo de arbustos de apariencia en general muy modesta, cubiertos de flores en forma de campanilla, que se inclinan hacia el suelo y cuyo colores de ordinario blanco o levemente teñido de rosa, aunque abundan también las rojas. Son propios de América, tanto de la del Norte como de la del Sur; en Estados Unidos de América y Canadá, se hace gran consumo de sus frutos. Éstos son bayas de color diverso, ya azules y apiñadas en forma de racimo, ya de brillante color negro. Son tan abundantes en América del Norte estas bayas que gran número de mujeres y niños las recogen y las venden, realizando un apreciable negocio.

Los indios pieles rojas estimaban muchos estos frutos, y los comían en su puchero o bien en las tortas de maíz que cocían en sus hogares. Ciertos animales, especialmente los osos, muestran también decidida afición por ellos.

Aún hoy crecen silvestres estos arbustos en las llanuras arenosas, o bien entre los pedregales de las colinas, como en los tiempos del descubrimiento; en algunas regiones, sobre todo en Estados Unidos de América donde ocupan grandes extensiones de terreno, se suele pegar fuego, cada dos o tres años, al empezar la primavera, a las distintas especies de plantas que invaden el suelo, con lo cual se desarrollan rápidamente las gailusacias y producen al año siguiente espléndida cosecha que es bien aprovechada por los lugareños. 

LOS FRUTOS DEL CEREZO SILVESTRE. QUE DELEITAN A LOS PÁJAROS

Poco se aprovecha el hombre de las cerezas que produce este arbusto conocido también con los nombres de cerezo de Mahoma o de Santa Lucía, puesto que su carne es escasa y de sabor muy ácido; pero ésta hace las delicias de mil distintos pajarillos y de algún pequeño mamífero, que con sus dientecillos roe la fruta en cuanto puede atrapar el menor racimo. Durante la época de su florecimiento aparece literalmente cubierto el arbusto de una lluvia de floréenlas en forma de estrellas blancas como la nieve. Debe ser mirado con cierto recelo el cerezo silvestre, que presenta racimos de olorosas flores y frutos de un negro brillante, porque las hojas son en extremo peligrosas para el ganado pues tienen principios venenosos. La corteza de esta especie contiene tanino y amigdalina. El laurel cerezo es un arbusto muy ramificado, con hojas grandes, coriáceas y oscuras; las flores son blancas y se hallan agrupadas en racimos, y el fruto tiene tono negro purpúreo. Se cultiva como ornamental y se emplea algo en medicina; pero hay que tener especial cuidado con ella porque sus hojas son venenosas.

Próximo al cerezo negro silvestre suele encontrarse un arbusto de ramas desparramadas, que es otra especie llamada cerezo de Virginia, del cual penden largos racimos de drupas teñidas de brillante color escarlata, que astringen extraordinariamente la boca y la garganta, si se comen, provocando gran malestar.