Crisálidas que efectúan un cambio rápido y otras que duermen durante todo el invierno


Así como nos es dado observar una oruga que se transforma rápidamente en crisálida y en mariposa, podemos ver también una oruga que permanece en el estado de crisálida durante todo un invierno, y hasta los días gratos del verano no concluye su ciclo evolutivo, seguido de la puesta de huevos que ha de perpetuar la especie, iniciándose así, una vez más, el proceso descrito.

La fase de la crisálida, aunque molesta para los impacientes, es una de las cosas que mejor pueden maravillar en la Naturaleza. Una familia de mariposas de un blanco perla con manchas negras fue observada por una niña de corta edad, a quien seducían tan curiosos animalillos. Alimentadas las orugas con hojas frescas cada día, la curiosa y pequeña naturalista siguió pacientemente sus evoluciones, admirando la destreza con que aquellos seres tejían su tela para envolverse en ella, y abandonaban su propia piel, y, finalmente, cómo se transformaban en las graciosas y delicadas voladoras que todos conocemos. En efecto ¿quién no se sentiría atraído por tan curioso espectáculo?