En la garganta de la ballena apenas cabría el puño de un hombre


La razón de estar así dispuesta la boca de la ballena es que el animal no puede tragar más que cosas muy pequeñas, pues su garganta es sumamente estrecha. Un hombre de elevada estatura podría tenerse de pie dentro de la boca de la ballena, pero las fauces de ésta son tan angostas, que apenas cabría en ellas el puño cerrado; y el conducto por donde los alimentos penetran hasta el estómago no es más grueso que un bastón de los corrientes. La garganta se halla provista de unos músculos que la obligan a cerrarse, como una trampa de muelles, en cuanto el alimento ha penetrado en ella.

El cuerpo de la ballena también está conformado de un modo raro y maravilloso. Lo cubre, en primer lugar, una parte externa de la piel que es espesa y aceitosa, que tiene por fin disminuir el rozamiento con el agua; por debajo de esta porción hay otra, a la cual debe su color la ballena; y más abajo aun, existe un tercer envoltorio, que se compone de aceite y grasa: la conocida grasa de ballena. Esta sustancia oleaginosa forma en torno del animal una especie de colcha, que alcanza en algunas partes un grosor de 50 centímetros, y que pesa unas 30 toneladas, o sea el peso de cerca de 500 hombres.