El animal misterioso que vuela sin dificultad en la oscuridad


Los huesos de los dedos de las manos del murciélago no son cortos como los nuestros, sino muy largos. Esta serie de largos huesos es la que sirve para sostener la membrana que forma las alas. Dicha membrana se extiende desde el hombro, a lo largo de los huesos del brazo y por encima de los de las manos, hasta las puntas de los cuatro dedos; luego, desde debajo del brazo, alcanza hasta lo que llamaríamos tobillo y, pasando por entre las piernas, se reúne con la cola.

El desarrollo de las alas es, por tanto, considerable en proporción al tamaño del animal. Uno de los más grandes murciélagos que existen en América no mide más de catorce centímetros de largo total, y sin embargo sus alas, desplegadas, abarcan un espacio de setenta centímetros de punta a punta, o sea cinco veces aquella medida.

El murciélago es uno de los mamíferos de cuyas costumbres estamos menos enterados, debido a que sólo sale por la noche de sus escondrijos. Durante el día se lo ve dormir colgado de sus patas traseras y envuelto total o parcialmente por las alas. Es por la noche cuando con más facilidad encuentra su alimento. En la mayoría de los casos, se, sustenta únicamente de insectos, y al comérselos le hace al hombre un señalado favor.