Casi todos los animales de mayor sencillez viven en el agua


Cada uno de estos subreinos comprende varios grupos de menor categoría, que se han denominado ramas o tipos. La clasificación de los protozoos se hace atendiendo a sus medios de locomoción y a su manera de multiplicarse. La inmensa mayoría de estos seres unicelulares vive en el agua, en la sangre o en otros líquidos, de manera que su única célula necesita nadar; muchos de ellos nadan por medio de gran número de apéndices, a modo de pelitos movibles, dispuestos en hileras, como nuestras pestañas, y denominados por eso pestañas vibrátiles, o también cilios, que en latín quiere decir justamente pestañas, lo que hace que a los protozoos que los poseen se los conozca como cilióforos (portadores de pestañas). La mayor parte de los tales cilióforos conservan sus pestañas toda la vida, y a éstos se les da el nombre de ciliados; son por lo general animalillos acuáticos, algunos lo bastante grandes para poder verlos con un microscopio sencillo; otros sólo tienen cilios mientras son jóvenes y luego se instalan sobre algún ciliado y llevan vida parasitaria, adhiriéndose con unos tentáculos terminados en ventosas, por lo que se los denomina sudores, es decir, chupadores.

Hay otros muchos protozoos que nunca tienen cilios: son los plasmodromos, que se pueden mover por medio de largos filamentos a modo de látigos, llamados flagelos, o también mediante prolongaciones de su masa, que proyectan o recogen según lo necesiten y de las que se sirven también para apoderarse de su alimento, prolongaciones que se denominan seudopodios, esto es, falsos pies. Los que tienen flagelos son los mastigóforos, nombre que significa portadores de látigos; a los otros se los llama sarcodarios, palabra derivada de “sarcoda”, que es como antiguamente se denominaba la materia viva que forma las células, hoy conocida como protoplasma. También hay plasmodromos que carecen de flagelos y seudopodios y, por consiguiente, carecen de movimientos activos propios; se los conoce como esporozoarios porque, cuando se multiplican, la célula única se fracciona en numerosas células hijas, lo que recuerda la reproducción de los hongos y de otras criptógamas por esporas. Los tripanosomas, antes mencionados, son mastigóforos, mientras que los piroplasmas son esporozoarios. Como ejemplo muy conocido de sarcodarios mencionaremos las amebas, algunas de cuyas especies pueden ocasionar graves diarreas y aun úlceras intestinales, porque atacan el intestino del hombre y de los animales para alimentarse de sangre. Pero no todos los plasmodromos son parásitos ni mucho menos; la mayoría de las especies de sarcodarios viven en el mar y forman parte del alimento de los peces y de otros animales acuáticos.

Como seres de estructura más complicada, los metazoos o animales multicelulares ofrecen mayor diversidad, y por lo mismo, comprenden muchas más divisiones. Las esponjas, que tienen cierto aspecto de plantas, cuyos tejidos no llegan a constituir órganos, y que están llenas de canales y agujeros por los que circula el agua que les lleva el aire y el alimento necesarios para su vida, forman por sí solas una rama, la de los portferos o animales porosos. De organización asimismo muy simple, pero provistos ya de una cavidad digestiva a la que hacen llegar el alimento con ayuda de tentáculos que rodean su única abertura, son los celenterados, rama en la que entran los corales, las actinias o anémonas de mar y las medusas, vulgarmente conocidas como aguasmalas. Tanto los celenterados como los poríferos son seres acuáticos, y por lo general marinos, y también lo son los tenóforos, otra rama de los metazoos muy parecida a las medusas, pero cuyas especies poseen ocho filas de apéndices dispuestos como púas de peine, con cuyo auxilio nadan libremente.

Celenterados y tenóforos son animales de simetría radiada, es decir, de forma tal, que en ellos cabe imaginar un eje ideal a cuyo alrededor se hallan dispuestas simétricamente todas sus partes, como se hallan los radios de una rueda en torno del eje. En cambio, todos los demás metazoos tienen simetría bilateral, lo que significa que se puede suponer un plano vertical a lo largo, que divide al animal en un lado derecho y otro izquierdo, simétricos entre sí. Una comparación un tanto burda permitirá comprender mejor la diferencia. El animal de simetría radiada es como un vaso en el que hay parte superior y parte inferior, pero no hay lados ni partes anterior y posterior; la simetría bilateral es la de un barco en el que hay babor y estribor, y también proa y popa, que corresponden a los extremos anterior, o cefálico, y posterior, o caudal, del animal.