Dramática lucha de un hombre con un cocodrilo hambriento en un río de África


En el agua, el animal a que más suele temer el hombre es el tiburón; pero existe otro, de agua dulce, más terrible que éste, el cocodrilo, el cual, cuando su víctima lucha, se lanza sobre ella como un rayo y la tritura entre sus poderosas mandíbulas. No es fácil que un hombre desarmado logre escapar de sus dientes; pero en el Sudán septentrional vivía un indígena lleno de cicatrices que se jactaba de haber alcanzado una victoria sobre tan feroz reptil. Hallábase éste al servicio de un inglés, cuando una noche se cayó al río desde un bote. El cocodrilo estaba furioso y hambriento; pero el indígena salvóse recordando una antigua lección. Buscó a tientas los ojos del cocodrilo y logró introducirle en ellos los pulgares. El animal lo soltó instantáneamente, y el hombre entonces logró llegar a la orilla, donde a la mañana fue hallado y conducido al hospital. Después de curado, el criado fue en busca de su amo, lo encontró y continuó a su servicio. Conservaba en su poder un glorioso trofeo: seis dientes que el cocodrilo perdiera en la lucha, dejándoselos clavados en la cabeza, pero sin provocarle heridas mortales.