El posible origen de las historias sobre niños criados por lobos


Algunos animales, como los lobos y los zorros, adiestran a sus pequeños en la caza mediante ejercicios y, sobre todo, haciendo que los acompañen en sus correrías.

Refiérense casos de niños que han sido arrebatados y criados por lobos. No es posible decir hasta qué punto merecen crédito esas historias; pero son tantas las que se mencionan, que ha habido necesidad de buscar alguna explicación, suponiéndose que tales hechos, dado que realmente los haya verídicos, han ocurrido del siguiente modo: Una loba o un lobo que se han apoderado de algún niño indefenso, se lo llevan a su guarida y lo depositan entre sus crías. Tal vez, en aquel momento, la loba no tenga hambre y los lobeznos no tomen todavía otro alimento que la leche de su madre; en este caso, el niño, sin darse cuenta del peligro, se habrá arrimado a la fiera, poniéndose a mamar de igual modo que los lobeznos. Si los alimentos son abundantes en aquel paraje, ni el lobo ni la loba se ven precisados a comerse al pequeñuelo, y éste se convierte en juguete de los lobatos, que acaban por considerarlo como un ser de su propia especie. Asimismo el lobo y la loba se acostumbran a tratarlo como si fuera uno de sus hijuelos, y el niño se va criando de una manera que, en cierto modo, es parecida a la de los lobos. Una persona digna de crédito asegura haber oído referir en la India muchos casos de niños criados por lobos, y está convencida de que eso es posible. En tal supuesto, bien pudiera ser verdad la leyenda de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma, amamantados por una loba.

Los italianos conceden gran importancia a esta especie de tradición, y aún se guarda en Roma una loba enjaulada, para conmemorar el acontecimiento. Al que por primera vez visita la capital de Italia, no deja de causarle viva impresión el hecho de tropezar inesperadamente con el cubil de ese animal, que simboliza, para los romanos, aquella loba con cuya leche se nutrieron, según dicen, los fundadores de la Ciudad Eterna.