Cuando y de qué manera se desarrollan los huevos del gusano de seda


El desenvolvimiento de los huevos, que dan origen al gusano, sólo requiere algún cuidado; pero conviene estar prevenido en el momento oportuno. Precisa, en primer lugar, tener dispuesta una provisión de hojas de morera, siendo inútil emprender la incubación de los huevos, si ese árbol no tiene todavía hojas. Las orugas se contentarían con comer lechuga, pero esta clase de alimentación resulta menos eficaz desde el punto de vista de la calidad de la seda. Luego hay que preparar un pedazo de cartulina o de papel perforado por agujeritos, y que puede descansar sobre los bordes de la caja en que están puestos los huevos. La luz que pasa por los agujeros atraerá a las orugas en cuanto salgan del huevo; y éstas, arrastrándose hacia ella, pasarán por dichos orificios. Al hacerlo, se quitan de encima, mediante el roce contra los bordes, la cáscara que tenían adherida; con lo cual desaparece el peligro de que perezcan por no haberse podido desembarazar de ella. Las orugas de otras mariposas se despojan por sí solas de esa cáscara, pero al gusano de seda le hace falta ayuda.

Entonces es cuando empieza a ofrecer gran interés la cría de los gusanos. Caben muchos de ellos en una caja de cartón de tamaño regular, pero conviene que no estén amontonados, pues, de lo contrario, pudieran ocurrir percances al llegar el momento de hilar los capullos. Más vale tener tres o cuatro cajas grandes, que no exponerse a que los gusanos carezcan de espacio suficiente. Resulta muy cómodo cl que las cajas puedan dejarse abiertas; cosa que no podríamos hacer con otras orugas, por temor a que se escapasen.