La estupenda muralla de animales que se eleva del fondo del océano


Algunos de ellos ofrecen un hermoso aspecto, asemejándose a flores. Su color también varía pues los hay que son pardos, azules o verdes, además de sonrosados. Las viviendas de coral no están hechas como el nido de los pájaros, ni como el lecho de barro en que se enfanga el rinoceronte; la materia coralina constituye parte del animal, se forma dentro del pólipo, y viene a ser su esqueleto y el de los otros que forman la colonia.

Las huestes incontables de los pólipos de los corales llamados madre-porarios van juntando sus esqueletos minerales y construyen sobre el fondo del mar unas grandes murallas que se elevan hasta la superficie formando las barreras o arrecifes coralíferos, contra los cuales van a estrellarse las olas. Los pólipos de coral edifican asimismo islas, llamadas atolones, levantando alrededor de una extensión de agua un gran muro circular en cuyo centro queda una laguna. En los lugares en donde abundan, llegan a transformar de una manera completa el carácter de una región marina, pues los elementos calcáreos, que son parte de la colonia de pólipos, se convierten en rocas macizas, que se extienden hasta abarcar miles de kilómetros. La obra que, con su solo esfuerzo, realizan esos animales, es realmente maravillosa. Ya hemos visto, al tratar de los faros, cuan difícil le es al hombre, a pesar de disponer de poderosos medios, construir en plena mar ese género de edificios; y, sin embargo, estos diminutos celenterados trabajan en medio de las olas, levantan moles inmensas que a nada pueden compararse. Obra suya es el arrecife de 600 kilómetros de largo que se extiende junto a la isla de Nueva Caledonia, y el que se alza frente a la costa nordeste de Australia en una extensión de más de mil. Como ha dicho cierto sabio, el trabajo que esto representa es de tal naturaleza, que a su lado las pirámides de Egipto y la Gran Muralla China parecen juguetes de niños. El trabajo se ha efectuado en el transcurso de largos milenios, y prosigue en la actualidad. Con frecuencia, por supuesto, resulta perjudicial para los barcos que navegan por aquellos parajes y que naufragan al chocar contra los arrecifes. Esto, sin embargo, no debería suceder, pues hay mapas que señalan las rutas marinas por lugares exentos de esa clase de peligros.