El ñandú de América del Sur, ave de extraordinario apetito


Ésta es el ave que más se parece al avestruz africano, si bien carece de cola; hay varias especies, pero todas tienen tres dedos en cada pie. Sólo se hallan en el sur del Nuevo Continente. El carácter que más asemeja el ñandú al avestruz es su formidable apetito, que le mueve a comer todo lo que puede ser recogido del suelo. Al tenderse una vía férrea a través de las llanuras sudamericanas, echáronse de menos muchos pernos y tuercas de acero; y hubo de averiguarse que los ñandúes habían aprendido a deslizarse hasta los lugares en donde se trabajaba, para escamotear con la mayor ligereza cuantos objetos pequeños podían encontrar. Naturalmente, en un área tan extensa como América del Sur, existe más de una especie de estos animales; se conocen tres: el suri, el ema y el ñandú de la Patagonia. Algunos de ellos ponen huevos pequeños; y otros, muy voluminosos.

Cuando se reúnen en cierto número, libran entre sí reñidas batallas, como las jirafas. Enlazan sus largos cuellos y se pican con todas sus fuerzas, pateando y girando unos en torno de otros. Las coces que se dan dos avestruces o dos ñandúes no suelen ser muy peligrosas, contribuyendo la costumbre y la Naturaleza a que puedan soportar esos golpes sin graves consecuencias; pero no ocurre lo mismo, cuando la lucha se ha desarrollado entre ejemplares de especies distintas.

La hembra del ñandú deposita sus huevos en nidos semejantes a los que hace el avestruz. Colócanse en un solo nido todos los huevos de una familia, formada por un macho y cinco o seis hembras, o únicamente los que permite el macho. Si éste es tolerante, los hay a docenas. Se ha observado un caso en que los huevos depositados en un solo nido pasaban de un centenar. Naturalmente, no todos pueden ser empollados en un nido, y por lo general el macho se lleva a las hembras antes de que terminen sus puestas. Luego cubre los huevos hasta que salen las crías.

Cuando llega este momento corren los pollos el peligro de verse arrebatados por algún águila u otra poderosa ave de rapiña. Pero el ñandú padre es un animal cuidadoso, y tan pronto como ve aparecer en el espacio uno de esos terribles enemigos, se agacha y lanza un fuerte resoplido que sirve de aviso a los pollos, y éstos se apresuran a cobijarse bajo sus alas.