El extraño caso del manaquín y la astucia de la abubilla


A la misma familia pertenecen los manaquines, pequeñas aves de colores maravillosos, y también los cotingas, ambos propios de Sudamérica. El canto de los primeros, que emiten especialmente al buscar hembra, es muy raro. Acostumbran también a ejecutar una especie de baile divertido, como si quisieran demostrar de este modo que aventajan a sus compañeros en agilidad. Colócanse dos rivales sobre una rama, lanzan su canto, y cada uno, a su vez, se echa al suelo, siguiendo siempre la misma trayectoria y tocando la tierra en el mismo lugar desde el cual se levantaron. Pero si descubren que un enemigo los acecha, desaparecen rápidamente.

Rivaliza con ellos la abubilla europea. Su color es bermejo, tiene sobre la cabeza una hermosa cresta con las puntas negras, y sus alas están listadas en blanco y negro. Su mortal enemigo es el halcón. Cuando se acerca uno de éstos, la abubilla se echa aplanada sobre el suelo, baja la cresta y extiende las alas, ofreciendo el aspecto insignificante de un montón de harapos, gracias a lo cual logra pasar totalmente inadvertida.