Los maravillosos basureros que se encuentran en todas las playas


Pertenecientes al grupo de los crustáceos, tenemos unos animalejos, a los que se da el nombre de pulgas de mar, que viven en la arena de las playas. Son muy buenos basureros y ayudan a conservar la limpieza de la playa cuando la marea está baja, pues se comen la carne corrompida o las algas en descomposición. Para saltar, encorvan el cuerpo y lo estiran luego repentinamente, como un arco al disparar la flecha. Hay también en las marismas, y en otros lugares muy húmedos, unos seres diminutos, conocidos con el nombre de cochinillas de humedad, que no se mueven con rapidez más que cuando está húmeda la superficie del terreno. Entre estas cochinillas se halla la cochinilla marina, que tiene casi el doble de tamaño que las especies que frecuentan los huertos y jardines. Es de color verdoso pardusco y se la encuentra viviendo en las grietas de las rocas, en la zona que constituye el límite de las mareas. La corofia, algo parecida a esos otros pequeños crustáceos, es un animalito que tiene el primer par de patas dispuesto para la prensión, y un par de antenas inmensas, con las cuales va registrando el suelo en busca de los gusanos que viven en el fango o en la arena de las playas y constituyen su alimento predilecto. La arenícola, gusano de la arena, es más grande que los gusanos que encontramos en los jardines; pero las coronas se lanzan sobre ella en número de veinte o treinta y la destrozan como lo harían las hormigas con una oruga.

Existen otros crustáceos que destruyen la madera a la que perforan en multitud de túneles, por lo que resultan muy perjudiciales; hay, pues, que combatirlos y evitar que se conviertan en plaga funesta, destructora de valiosas riquezas. Entre éstos se encuentran la linoria y la quelura.