El león es uno de los más temibles cazadores


La historia de la lucha entre el hombre y las fieras es tan antigua como el mundo; pero la victoria, al fin, se decide siempre a favor del hombre. Los leones, en la India, son ahora tan escasos que está prohibido cazarlos; se los conserva y protege como se hace en algunos parques de caza con los ciervos.

Existen leones en otras partes de Asia, además de la India, pero en África es donde más abundan. No se los ve con frecuencia en los lugares desde hace tiempo habitados por el hombre, pero cuando éste se establece en regiones inexploradas, los leones son para él enemigos temibles. Los ciervos y antílopes huyen todos entonces de aquellos parajes; y el león, a menos que los siga, ha de cebarse en el ganado y aun en los mismos seres humanos, para no morir de hambre. Ataca, pues, a los caballos, a las muías, a los bueyes y algunas veces a los mismos hombres. Sale por la noche de su cueva, y deslizándose con cautela se aproxima a su presa y se arroja sobre ella con ímpetu tremendo, para luego matarla con sus afilados dientes y poderosas garras. Puede llevarse un ternerillo con la misma facilidad con que un gato se lleva un ratón. Los dientes del león son de un tamaño descomunal, y sus mandíbulas tienen la fuerza del acero. Pero ¿de dónde le viene la fuerza que le permite matar de un zarpazo a un caballo o a un buey?