Ejércitos volantes de langostas.que producen un ruido parecido al de la corriente de un impetuoso río


Hay muchas especies de langostas, en cuya familia también se incluyen los saltamontes. Las hay que sólo tienen medio centímetro de largo, mientras otras pasan de doce. La hembra está armada de un aparato de puesta formado por cuatro valvas, con el cual cava agujeros en la tierra, introduce su abdomen y deposita allí los huevos. Las crías, en cuanto nacen, dan pruebas de buen apetito, y no tardan en hacerse fuertes. Al principio no tienen alas, de manera que sus innumerables huestes van andando por el suelo en busca de alimento.

Siguen siempre una línea recta, sin que nada pueda desviarlas. A su paso desaparece toda huella de vegetación. Si no se las detiene, continúan nutriéndose hasta que les crecen las alas, y entonces se echan a volar, prosiguiendo su camino por el aire. Es el momento en que puede vérselas formar esas inmensas nubes que oscurecen la luz del sol, y se conocen con el nombre de “nubes de langostas”. Cubren enteramente el cielo, como lo haría un gran nubarrón, y el ruido que hacen sus alas y sus mandíbulas al moverse es comparable al de las aguas impetuosas de un caudaloso río. Se detienen de cuando en cuando, posándose sobre los plantíos; y, a los pocos minutos, no queda de las mieses más que un montón de rastrojo, y del arbolado no más que las ramas despojadas de sus hojas.

Recorren de este modo distancias enormes, visitando los lugares más lejanos. Se han visto nubes o mangas, como se les llama en América, que cruzaban por el aire a una altura de 150 metros, y a una distancia de más de 1.800 kilómetros de la costa.

Por dondequiera que pasan sobre tierra, no dejan en pos de sí más que ruina y desolación.