¿Vemos las cosas a distancia o la luz que de ellas emana?


En la actualidad es posible responder a esta interesante pregunta. Lo que vemos es la luz que emiten o reflejan los cuerpos, y la vemos, por supuesto, gracias a nuestros ojos, o, hablando con más precisión, en el centro nervioso de nuestro cerebro donde se localizan las sensaciones visuales, ubicado en la parte posterior del mismo. Esto no obstante, experimentamos la sensación de ver las cosas donde se encuentran realmente; pero lo hacemos así por efecto de la práctica, la experiencia y el conocimiento que hemos adquirido caminando de un lado para otro, y palpando los objetos.
Los niños, cuando comienzan a ver y a hacer uso de los ojos, carecen de toda noción de distancia. Sus primeras impresiones deben de ser, probablemente, de algo interior a ellos mismos; mas después, cuando descubren su propio cuerpo, y hacen uso de los dedos, advierten que los objetos que ven son exteriores a ellos. A pesar de eso observamos que alargan las manos para coger ciertos objetos que, como la Luna, se hallan en extremo distantes. Pero aun tenemos una prueba más palpable. Las personas que nacieron ciegas, y que recuperaron la vista siendo ya adultas, nos dicen que cuando vieron por primera vez recibieron la impresión de una cosa que sentían dentro de la cabeza. Sólo a fuerza de práctica aprendieron a hacer lo que aprendimos todos.