¿Por qué se forman los volcanes en determinados lugares?


Ésta es una cuestión a la que nos hemos referido más de una vez en esta obra; pero también es un asunto en el que no pasa año sin que se hagan nuevos descubrimientos. No cabe la menor duda de que los volcanes son producidos por el calor que existe bajo la corteza terrestre; así que la pregunta debería enunciarse de este modo: ¿Por qué obra este calor de tal manera?, ¿posee este calor propiedades especiales, cuando da origen a los volcanes? Es indudable que, en sus primeros momentos, un volcán no es otra cosa que un orificio abierto en la corteza terrestre. Una vez abierto este orificio, fácil es comprender cómo se escapa por él el calor que existe debajo; las cosas salen por él naturalmente porque es «el camino que menor resistencia les ofrece», y de este modo se van acumulando en torno de él estas sustancias que forman el volcán.
Pero, siendo cierto que todo el interior de la Tierra se encuentra a una temperatura elevada, ¿por qué se forma este orificio en un lugar determinado y no en otro? A nuestro entender, tiene dos explicaciones el hecho. La primera, que probablemente en aquel lugar la corteza terrestre es menos espesa, o menos resistente, o está hecha de sustancias más fácilmente perforadles que en otros; y la segunda, que es muy posible que existan debajo de aquel sitio enormes bolsadas, repletas de rocas fundidas, llamadas batolitos, tal vez debidas a la presencia de rocas o materias que contengan un exceso de ese maravilloso elemento llamado radio, o de otro cuerpo que tenga la propiedad de generar calor.