¿Cómo se formaron las montañas?


Más correcto sería preguntar cómo se formaron y se forman las montañas. Esta pregunta es muy natural e importante, pero la manera como está expresada señala el mayor de los errores relativos a la formación de la Tierra. Al decir: ¿cómo se formaron las montañas?, parece que se hicieron en un día determinado y para siempre, y no es así. Por el contrario, las montañas se forman y destruyen hoy día lo mismo que en las edades pretéritas, y así seguirá siendo en las futuras. La fuerza que las formó y forma es la contracción y el consiguiente arrugamiento de la corteza terrestre, como consecuencia del enfriamiento que sufre el interior de nuestro planeta.
Si nos fijamos en los pliegues que presenta la piel de una manzana arrugada, tendremos una idea de cómo se forman las montañas. Pero con esto no queda contestada enteramente la pregunta. Es muy posible que un número de montañas muy superior al que antes se creía hayan sido obligadas a brotar de la superficie terrestre como una culminación de un proceso muy semejante al que origina los volcanes. Sólo podemos repetir que en los actuales momentos se empieza a sospechar cuál es la labor que el radio ejecuta en el interior de las rocas que forman la corteza terrestre. Probablemente no tardaremos en descubrir que este cuerpo es uno de los agentes principales que contribuyen a la formación de las montañas.