¿Qué son las luces fugaces que a veces recorren el cielo?


Se llaman estrellas errantes, aun cuando tienen tanto de estrellas como una partícula de polvo o un trozo de carbón. Son cuerpos muy pequeños, a veces del tamaño de una piedra. Algunos son de hierro. Su brillo proviene sencillamente de la elevación extraordinaria que alcanza la temperatura de su masa al cruzar con gran rapidez la atmósfera terrestre, provocando un fuerte rozamiento. Los menores de ellos se queman del todo a su paso por el aire, de la misma manera que se consume una vela, por lo que nunca llegan a tierra. Pero los mayores sí, y al caer abren muchas veces enormes orificios en el suelo. Todos podemos ver algunos de estos cuerpos en los museos, y por cierto que difícilmente podrán contemplar nuestros ojos objetos más interesantes, si recordamos su historia, pues son cuerpos que jamás pertenecieron a la Tierra: anduvieron errantes por el espacio -que en muchas regiones está poblado de cuerpos parecidos a los guijarros-, y al penetrar en la atmósfera de la Tierra fueron atraídos por ésta.

Muchos de estos meteoritos, pues éste es su nombre científico, créese que han formado parte de esos astros brillantes denominados cometas. A veces parece que estos astros sufren un accidente y estallan; y de esta manera inesperada, en la órbita que solían recorrer alrededor del Sol se origina un inmenso conglomerado de meteoritos. Cuando la Tierra cruza la órbita de tales meteoritos, atrae a muchos de ellos, especialmente si esto ocurre en el momento en que pasa la parte más espesa de dicha especie de corriente. Así pues, se conocen los años y las épocas en que debe verse en el cielo por la noche gran número de estrellas errantes. La mayor lluvia de éstas suele presentarse en noviembre, época en que la Tierra atraviesa la órbita de uno de estos torrentes de meteoritos, llamado los Leónidas.