¿Por qué razón no puede arder el amianto?


La respuesta a esta pregunta es análoga a la anterior. El amianto, a semejanza de la piedra y de la arena, hase quemado ya, y por eso no puede arder de nuevo. Es también muy difícil de fundir, y jamás lo lograremos con el calor de las llamas ordinarias; por eso se lo puede emplear para distintos fines, como en las estufas, caloríferos, salamandras, etc. Su nombre viene del griego y significa “incombustible”. En este caso, como en el de la piedra y la arena, no es posible dudar de que, en épocas remotas, todas estas sustancias se formaron gracias a la combustión, o combinación con el oxígeno, cuando la Tierra era muy diferente de lo que es ahora. Si nos fijamos en la gran cantidad de materia que existe actualmente quemada, es decir, combinada con el oxígeno, en la corteza terrestre, en que toda el agua que hay en la superficie del globo ha sido quemada también, y en la inmensa cantidad de oxígeno que se halla aún en la atmósfera, comprenderemos que este gas es casi la mitad de la materia que compone la Tierra.