¿Por qué hace más frío en la cumbre de un monte que en la llanura?


Son muchos los que creen que cuanto más cerca se está del Sol tanto más calor se siente; ello es muy cierto si no hay algo que obre simultáneamente en sentido contrario. La montaña más alta de la Tierra no llega a tener nueve kilómetros de altura, que fueron escalados por vez primera en el año 1953 por el neozelandés Hillary y el sherpa Tensing; pero estos nueve kilómetros no vale la pena mencionarlos, sabiendo que el Sol se halla a una distancia de 144 millones, y teniendo en cuenta, por otra parte, que la ascensión a la cúspide de la más elevada montaña del mundo no nos explicaría nada en el asunto de que tratamos. Y esto lo confirma el hecho de que la Tierra está más cerca del Sol en invierno que en verano, en el hemisferio boreal, y aun así, como el Sol está tan lejos, la diferencia casi no es apreciable.

Veamos ahora cual es la razón de ese frío. El calor que sentimos habitualmente se halla, en su mayor parte, en la superficie de la Tierra, aunque una buena porción de él proviene del Sol en primer lugar, y el aire, además de sernos necesario para la respiración, es también una inmensa sábana que mantiene el calor; así, cuando subimos a una montaña, atravesamos la parte más densa de esa sábana y nos alejamos de la costra caliente de la Tierra; por consiguiente, sentimos más frío cuanto más ascendemos.

Por otra parte, si bajamos a una mina de carbón, sentimos calor a pesar de que al descender a ella en pleno día nos alejamos más y más del Sol. Sepamos, pues, que moriríamos helados durante la noche si no fuese porque la Tierra es caliente en sí misma, y además, la sábana de aire conserva el calor que nos es tan necesario para vivir.