¿Hasta dónde alcanzamos a ver por medio de nuestra vista?


Al decir que nuestros ojos ven, entendemos en realidad que los ha herido la luz, causándoles cierta impresión. No importa que la luz sea producida por una cerilla a corta distancia del ojo, o que provenga de una estrella tan lejana que acaso haya tardado diez mil años en llegar hasta nosotros. La luz, si es suficientemente intensa, producirá en ambos casos una sensación visual. Esto es cosa muy sencilla, aunque para muchos sea causa de confusiones, por no haber hecho la pregunta en términos adecuados, como siempre debe hacerse tratándose de los problemas que plantea la Naturaleza. Ahora nos hacemos cargo de que nuestra vista alcanza hasta cualquier distancia, desde la cual pueda llegar la luz. Nada les importa a los ojos que la luz haya recorrido trillones y trillones de kilómetros o tan sólo medio centímetro.

Es cuestión muy distinta la de saber a qué distancia pueden distinguir los pormenores de un objeto determinado. Esto depende de muchísimas cosas; pero, hasta cierto punto, es posible averiguarlo, y tiene suma importancia en lo que se refiere a los telescopios. Sabemos, por ejemplo, que, si en la cara visible de la Luna hubiera un edificio del tamaño del capitolio de Washington, lo podríamos distinguir por medio de nuestros telescopios más potentes.