¿Por qué no se quema el hierro cuando se le mete en el fuego?


Cuando una cosa se quema, como decimos, en el fuego, lo que ocurre es que su sustancia se combina con el oxígeno del aire para formar una clase de compuestos conocidos con el nombre de óxidos. Estos óxidos muchas veces adoptan la forma de gas y se esparcen por la atmósfera con lo cual se consume el objeto quemado; otras veces presentan formas de sólidos, que suelen desmenuzarse con suma facilidad.

Como la mayor parte de las sustancias no se combinan con el oxígeno sino al estar algo calientes, lo único que hace el fuego es elevar su temperatura hasta el punto necesario para que puedan empezar a arder, del mismo modo que cuando usamos un fósforo para encender una vela.

Pero no es cierto que el hierro no se consuma en el fuego, si bien lo hace muy lentamente a la temperatura de un fuego ordinario. El hierro puede ser quemado, lo mismo que casi todos los demás cuerpos, pero es preciso que la temperatura sea muy elevada para que la combustión se efectúe con cierta rapidez.

No obstante, a temperaturas más bajas, el hierro se consume lentamente y aun sin la ayuda de fuego alguno, con tal que exista en el aire suficiente humedad. Este desgaste del hierro se llama enmohecimiento; y el moho, orín o herrumbre, es un compuesto de oxígeno y de hierro.