¿Cómo están constituidas las esponjas marinas?


Todas las esponjas han estado vivas. Acaso el mejor modo de contestar a esta pregunta será decir que la esponja es el esqueleto de un ser viviente, entendiéndose por esqueleto la armazón que sostiene un cuerpo. El esqueleto de los animales pertenecientes a cualquiera de las especies más evolucionadas está compuesto de huesos; la esponja, claro está, no se compone de huesos, ni siquiera de materia ósea; pero no por eso deja de ser un esqueleto.

Con frecuencia se dice que en el esqueleto de la esponja vive una colonia de numerosos animalitos, pero no es cierto; a veces, unas cuantas esponjas viven reunidas, como viven reunidos otros animales, pero cada esponja es por sí misma un solo animal, que cuando está vivo tiene el aspecto de una bolsa o una vasija con numerosos agujeritos en toda su superficie y una abertura más grande en la parte superior. Constantemente está entrando agua por los agujeritos y saliendo por la abertura, y la materia viva del animal se nutre apropiándose las innumerables partículas alimenticias que esa agua arrastra consigo. Casi se podría comparar una esponja viva con un estómago que tuviera muchas aberturas de entrada y una sola de salida, con las paredes sostenidas por un esqueleto desarrollado en su espesor. Este esqueleto es lo que constituye la esponja tal como generalmente la conocemos.

En la esponja común que usamos para el baño y tantas otras cosas, el esqueleto es de una materia llamada espongina, muy parecida por su composición a las plumas de las aves o a los pelos, uñas y cuernos de los mamíferos, pero mucho más flexible. De las esponjas con esta clase de esqueleto dícese que son córneas, pero hay otras que tienen sus esqueletos formados por numerosas espinillas silíceas, o calizas. Fácilmente se comprende que en este caso no sirven para el tocador.