¿Por qué se ha aglomerado la arena en las orillas del mar?


Las arenas que vemos en las orillas del mar y en otros muchos lugares están formadas de uno de los elementos más comunes del mundo, conocido con el nombre de silicio. El silicio ocupa en el mundo que ya ha muerto el mismo lugar que el carbono en el que vive aún. Son dos elementos semejantes en algunos aspectos, y ambos se combinan con el oxígeno para formar compuestos denominados óxidos, que, cuando se trata del carbono, es el anhídrido carbónico, y cuando del silicio, las arenas del mar. El silicio adopta también otras formas.

Hace ya muchos siglos, cuando la temperatura de la Tierra era muy superior a la actual, formóse su corteza gracias a la solidificación de ciertos cuerpos, y tal vez el hecho más importante de aquella remota época es que el elemento silicio hubo de quemarse todo, combinándose con el oxígeno, cuya abundancia era entonces extraordinaria, para constituir el anhídrido silícico. El nombre vulgar del compuesto que forman el silicio y el oxígeno es sílice. La formación de la sílice, mediante la combinación del silicio y del oxígeno, fue el primer paso dado hacia la arena de los mares.

Ahora bien, una buena porción de esta sílice, formada de granitos muy pequeños, aglutinóse merced a la intervención de otras sustancias más blandas, y se originó la piedra llamada arenisca; y cuando esta clase de tierra se halla sometida a la acción del agua y del viento, se desmorona y forma esos granos de tan diversos tamaños que constituyen la arena, la que, como acabamos de ver, no es otra cosa que silicio quemado. Una capa no muy profunda de él contiene tanto oxígeno como todo el aire que gravita sobre ella.