¿Por qué se apaga la llama en el agua y aumenta su brillo en la parafina?


El agua es sencillamente hidrógeno oxidado; y puesto que está quemado, no puede quemarse otra vez. Cuando se introduce una llama en el agua, queda privada del oxígeno que mantiene su combustión, que es lo mismo que les ocurre a las personas, cuando se ahogan. Existe una pequeña cantidad de oxígeno disuelto en el agua, la cual es suficiente para sostener la respiración de los peces, pero no para mantener la combustión de una llama. Tal vez fuese suficiente para esto también; pero, como el agua conduce el calor con tanta facilidad y rapidez, cuando introducimos en ella un objeto encendido o al rojo, como un hierro candente, éste cede inmediatamente al agua gran cantidad de calor, y desciende su temperatura a un punto tal que la combustión no es ya posible, químicamente.

Pero la parafina se compone de hidrógeno y carbono, sustancias ambas que fácilmente se combinan con el oxígeno, es decir, que arden con facilidad, cuando su temperatura se eleva al grado necesario. Una llama introducida en ella produce esta elevación de temperatura, y por eso brilla más en vez de apagarse, porque la parafina empieza a arder también. Los productos de esta combustión son agua, H2O, y anhídrido carbónico, CO2; y cuando la parafina se ha convertido en estas dos sustancias, ya no puede arder más.