¿De dónde procede el calor de nuestro cuerpo?


El calor de nuestro cuerpo es el resultado de la combustión que en su interior se efectúa sin cesar. No nos damos cuenta de la importancia de esta combustión porque no reparamos en la cantidad de calor que constantemente perdemos. Si nuestro cuerpo no perdiese calor alguno, alcanzaría la temperatura de ebullición del agua pocas horas después de haber nacido. Todo este calor se produce gracias a la combustión de los alimentos que ingerimos, los cuales se queman lo mismo que otra cosa cualquiera, es decir, combinándose con el oxígeno que aspiramos al respirar. La parte principal de esta combustión tiene lugar en los músculos y en una glándula muy grande, la mayor de todas las que poseemos, que se llama hígado.

Los músculos vienen a ser los hornillos del cuerpo humano, y el combustible que en ellos se consume es azúcar y grasa casi en su totalidad. Cuando un músculo se contrae produce gran cantidad de calor, y por eso el ejercicio eleva nuestra temperatura; pero no porque los músculos permanezcan inactivos deja de producirse este calor constantemente. También el hígado está en actividad siempre, y por eso la sangre que de él sale está mucho más caliente que la que a él llega.

Aunque no todas las partes del cuerpo producen el mismo calor, son mantenidas casi a la misma temperatura por la circulación de la sangre, que transporta el calor de las partes más calientes, como el hígado, a las más frías, como los dedos de las manos y los pies.